Salvemos juntos el Ayuí

Aprende más acerca del proyecto que pretende inundar 8.000 hectáreas para plantar arroz y soja en Corrientes. Los ríos en Argentina son un bien público, sería la primera vez que una empresa se adueña de un río, en beneficio propio ¿podrían entonces otras empresas hacer lo mismo y adueñarse de cualquier río en nuestro país? Texto completo

5/12/09

Las políticas públicas no deben atender prioritariamente a intereses privados

Escrito de la Abogada Dra. MARÍA BELÉN BLANCO presentado en la Audiencia Pública.

OPOSICIÓN AL PROYECTO PRODUCTIVO DE LA REPRESA AYUÍ GRANDE EN LA IV SECCIÓN DEL DEPARTAMENTO MERCEDES – FUNDAMENTACIÓN.-

ING. HIDRÁULICO Y CIVIL MARIO RUBÉN RUJANA
ADMINISTRADOR GENERAL DEL INSTITUTO
CORRENTINO DEL AGUA Y DEL AMBIENTE
SU DESPACHO:

MARÍA BELÉN BLANCO, Argentina, D.N.I. Nº: 25.208.648, con domicilio en calle Don Bosco Nº 585 de la ciudad de Curuzú Cuatiá, Provincia de Corrientes, de profesión Abogada, vengo por éste acto en legal tiempo y forma a presentar escrito de oposición al represamiento del Arroyo Ayuí, en el marco de la Audiencia Pública del proyecto productivo Ayuí Grande convocada por el ICAA.-

Texto y Fundamentación: “El paradigma de los últimos 400 años ha consistido en la agresión sistemática, planificada y organizada de la Naturaleza para extraerle todo lo posible en nuestro beneficio, mediante un proyecto científico técnico y mediante la operativización del saber, que nos produce frutos en términos de bienes y servicios. Ese modelo fue puesto en tela de juicio en 1972, en la Conferencia de Estocolmo. Momento en el que se incorporaron a nuestro discurso palabras como BIOCIDIO, es decir, la eliminación de la vida, de las especies; o GEOCIDIO, que significa matar la tierra, haciéndola incultivable, estéril, desértica. Hoy se habla también de ECOCIDIO, o sea, de la destrucción de los sistemas de hábitat humano, animal y vegetal. Se desarrolla, por tanto, un inmenso proceso de muerte del que todos somos víctimas y al mismo tiempo causantes de su mecánica.

Y es esto exactamente lo que queremos evitar los ecologistas en nuestro cotidiano vivir y hoy particularmente al intentar defender al Ayuí de la indolencia de la Unión Transitoria de Empresas “Represa Ayuí Grande”, que conforman Copra S.A., Pilagá S.A. (del grupo Adeco) y Tupantuva S.A.-

Pero no puedo desconocer que tras las agresiones a la naturaleza, a las clases sociales, a las minorías, al cuerpo, al niño, a la mujer, existe un poder político y económico que es sustentado ya sea por el Estado con su política de desarrollo industrial, agrícola, vial, urbano, energético o por las grandes compañías nacionales o transnacionales, que llevan a cabo planes sectoriales y globales dentro de ese paradigma de desarrollo acelerado, cuantitativo, ilimitado, sin miramientos y sin absoluto respeto por el resto de la humanidad. Son cuestiones políticas las que inciden cada vez que se instala una fábrica o se lleva a la práctica cualquier proyecto, tal como el que se pretende con la Mega-represa Ayuí Grande: por ello es preciso tomar en cuenta que si el proyecto agrede al medio ambiente, a la Naturaleza, si afecta a las poblaciones humanas, si tiene implicaciones para la devastación forestal, la afectación del agua, la eliminación de animales o de microorganismos y el desequilibrio ecológico de la región es menester evitar su puesta en marcha y hacer comprender a la clase política gobernante que es falsa la dicotomía: “recursos económicos versus preservación del medio ambiente”.

Señores es posible el desarrollo sustentable de la región. Es preciso desarrollar gestión responsable, planificada y una cultura del agua que permita una participación comprometida de la sociedad en su conjunto en la toma de decisiones con respecto al uso y manejo del recurso agua.

En la Declaración de Kioto los ministros reconocieron que para las naciones “el agua es la fuerza que impulsa el desarrollo sostenible, indispensable para la erradicación de la pobreza, el hambre, la salud y el bienestar de la humanidad”.

Con esto quiero decir que no me opongo a la siembra de arroz ni de cualquier otro cultivo, no me opongo a la creación de fuentes de trabajo, a la inversión de capitales privados en la provincia sino que me opongo a que el Arroyo Ayuí sea sepultado por un lago artificial doce veces más grande que el casco urbano de Mercedes, atravesando con un paredón el río Ayuí e inundando su lecho completo en un tramo de treinta a cincuenta kilómetros de costas, tal como lo explicó el biólogo Aníbal Fernando Parera infinidad de veces.

No puede desconocerse que el agua constituye uno de los elementos que integran el ambiente y que el acceso al agua es un derecho humano fundamental, razones más que suficientes para impedir que un cauce público como el Arroyo Ayuí sea represado para satisfacer los intereses mezquinos de un grupo de inversores privados ávidos de ganancias a costa de la afectación no sólo del Arroyo en el que pretende construirse la represa sino de la fauna y la flora del lugar, de los bosques nativos, de los suelos aledaños y del derecho de las generaciones presentes y futuras de gozar de un ambiente sano y equilibrado.

El agua siempre ha sido un vital recurso para el desarrollo socio económico cultural y por ende para el bienestar de la población. Es esencial tanto para las actividades industriales como para la agricultura. Pero a medida de que se logran avances tecnológicos, la demanda de agua potable es cada vez mayor generando, en consecuencia, escasez de agua disponible en el mundo y en ese contexto, la Argentina es considerada como la “potencia acuífera” del futuro y no podemos soslayar que la provincia de Corrientes atesora en su interior el tan preciado ORO AZUL, motivo de celo y envidia para tantas potencias económicas.

Por lo tanto, no es exagerado decir que el agua del Arroyo Ayuí constituye un recurso natural único, finito, estratégico, de fundamental importancia para la existencia humana en la provincia y el país, y como tal, es necesaria su defensa y protección y afortunadamente existe un conjunto complejo de normas que constituyen el “derecho de aguas” que lo permiten y que serán las mismas que impedirán que el represamiento del Ayuí sea una realidad.

En consecuencia, puedo afirmar que las supuestas ventajas económicas para la provincia y su gente, supuestos 13.000 puestos de trabajo no son nada comparados con la utilidad que reporta el devenir de las aguas del Ayuí por los Departamentos de Mercedes, Paso de Los Libres Curuzú Cuatiá, y Monte Caseros.

Los ríos, arroyos y sus cauces y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer el uso de interés general, constituyen Aguas de Dominio Público por ende corresponde al Estado velar por su debido uso y preservación de manera tal que todos los ciudadanos tengan igual acceso a sus beneficios.

Las políticas públicas no deben atender prioritariamente a intereses privados, que ven la explotación de los recursos hídricos desde una perspectiva inmediatista.

Lo que pretende hacerse con el represamiento del Ayuí no tiene precedentes en ningún Estado.

En el PREÁMBULO DEL AGUA puede leerse en su premisas 15 lo siguiente: 15. “Los proyectos de riego intensivo y de represas en gran escala son responsables por la inundación de centenares de miles de kilómetros cuadrados de suelo, que causan la salinización de otras regiones, usan la mayor parte de las reservas mundiales disponibles para abastecimiento de agua, desalojan forzosamente a miles de personas de sus casas y reducen los índices de pesca, destruyen los ecosistemas acuáticos y consumen grandes cantidades de recursos financieros.”

En consecuencia el uso eficiente del agua del Arroyo Ayuí no es una opción más, es la única y así lo prevé el Art. 57 del Código de Aguas de Corrientes (Decreto 191/01) al decir “Nadie podrá variar el régimen, naturaleza o calidad de las aguas, ni alterar los cauces naturales o artificiales ni su uso, sin previa autorización de la Autoridad de Aplicación, Y EN NINGÚN CASO, SI CON ELLO SE PERJUDICARE LA SALUD PÚBLICA, SE CAUSARE DAÑO A LA COMUNIDAD, A LAS CUENCAS, A OTROS RECURSOS NATURALES O AL MEDIO AMBIENTE. Tampoco se podrá obstruir los caminos de servicio de las obras hidráulicas, sin autorización de la Autoridad de Aplicación. Los infractores serán sancionados con multa prevista en el artículo 285 de este Código, o con sanción conminatoria de acuerdo al artículo 286 de este mismo cuerpo legal, según las características y circunstancias de cada caso.”. Las negritas y el subrayado me pertenecen.

En síntesis el Proyecto Ayuí vulnera no sólo los Artículos 17, 31, 41, 43, 75 inc. 17, 75 inc. 22 y concordantes de la Constitución Nacional, del Art. 67 de la Constitución de la Provincia de Corrientes, la Ley General de Ambiente Nº 25.675, Leyes Nacionales 25.675, 26.160, Ley Nº 25.688- Régimen de Gestión Ambiental de las Aguas, Ley de presupuestos mínimos. Ley Nacional Nº 26.331 y su Dec. Reglamentario Nº 91/2009, y de las Leyes Provinciales N° 2.903, 4.731 y 5067 sino el más elemental de los derechos, el derecho a la vida misma ya que poco le importa la desaparición del ciervo de los pantanos, el aguará guazú o el lobito de río o de las especies arbóreas de la región como así tampoco el derecho inalienable de todo ser humano de usar y gozar de todo lo que Dios nos ha dado en calidad de préstamo con el deber de preservarlo para las generaciones venideras.

Para terminar quiero compartir con Uds. con el objeto de mover a reflexión el siguiente texto del estadista Mikhail Gorbachev (Mijaíl Gorbachov: político ruso, último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), impulsor de las reformas que acabarían por dar como resultado, desde la segunda mitad de la década de 1980, el final de la Guerra fría, por lo cual obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1990. Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos):

“El agua mueve pueblos
El agua, como la religión y la
ideología, tiene el poder de mover
millones de personas. Desde los
comienzos de la civilización humana,
los pueblos se han trasladado hasta
asentarse cerca de ella. Los pueblos se
van cuando ya no hay más. Los pueblos
se mudan cuando hay demasiada agua.
Los pueblos viajan con ella. Los
pueblos escriben, cantan y bailan por
ella. Pelean por ella. Y todos la
necesitan en todas partes del mundo y
todos los días…Así como el agua nos
mueve, debemos nosotros movernos
para salvarla.” (de “El Agua. La Gota de Vida”).-


MARÍA BELÉN BLANCO.
D.N.I Nº: 25.208.648
ABOGADA.-

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