Salvemos juntos el Ayuí

Aprende más acerca del proyecto que pretende inundar 8.000 hectáreas para plantar arroz y soja en Corrientes. Los ríos en Argentina son un bien público, sería la primera vez que una empresa se adueña de un río, en beneficio propio ¿podrían entonces otras empresas hacer lo mismo y adueñarse de cualquier río en nuestro país? Texto completo

26/7/08

Los fraudes matemáticos de las evaluaciones de impacto ambiental y otras picardías de la ciencia y la técnica

Por Adrián Monjeau / Director Parkswatch Cono Sur

En referencia a la aseveración de que en el estudio de impacto ambiental del AYUI los impactos ambientales negativos y positivos están “debidamente balanceados”.
Las evaluaciones de impacto ambiental suelen combinar en una matriz los impactos positivos y los impactos negativos. La pretendida racionalidad de este procedimiento se basa en el concepto de compensación. Un impacto negativo es compensado por uno positivo.

Por ejemplo, la inundación de tierras vírgenes es compensada con la oferta laboral de un emprendimiento. La contaminación en un lado es compensada con un negocio forestal en otro lado. La extinción es compensada por ¿el bienestar?

Estas argumentaciones suelen acompañarse -en los casos más serios- con la bendición apostólica de las matemáticas. Se computan en las matrices los impactos negativos con valores crecientes de acuerdo a su intensidad (-1, -2, -3) así como los positivos (1, 2, 3).

Entonces, si yo tengo una lista de impactos negativos muy fuertes (-3) como cráteres de explosivos o espacios inundados, en algún pase mágico del procedimiento evaluatorio se produce la anulación de los efectos al encontrarse el -3 con el 3, dado que 3-3 es 0 (cero). Los impactos positivos y negativos quedan “debidamente balanceados”. En el caso de que los impactos negativos sean muchos, hay una picardía posible de ser utilizada: subdividir los impactos positivos en varias subcategorías, aumentando la cantidad de números positivos hasta que las cuentas den lo que tienen que dar. Perfecta claridad matemática.

Organismos oficiales como el CEAMSE utilizan este procedimiento. Varias leyes provinciales de evaluación de impacto ambiental lo avalan. Sin embargo, es un fraude matemático que oculta los verdaderos problemas, por más que aparezcan las famosas, inservibles y caradurísimas “medidas de mitigación y compensación”.

Esta falacia matemática puede entenderse mejor si comparamos un problema ambiental con un problema de salud. Uso este ejemplo porque son dos sistemas que tienen que estar completos e integrados para funcionar bien. Imaginemos que vamos al médico para una evaluación general y el resultado es: tumor del tamaño de un pomelo en el cerebro (-3), riñones muy buenos (3), hagamos la cuenta: 3-3: 0 (cero), estamos matemáticamente sanos, podemos irnos tranquilos.

Es evidente que la conclusión anterior es un disparate. ¿porqué nos cuesta tanto entender este disparate en un estudio de impacto ambiental?. Tal vez porque es un informe muy gordo y tiene un “misteriómetro” que hace parecer las cosas simples y obvias como muy complicadas e inabordables para el vulgo. Pero sólo se trata de triquiñuelas muy bien pagadas por los responsables de los impactos. Se trata, una vez más, de una exquisita y sofisticada justificación de la rapiña sobre los recursos naturales.

Son estos sabandijas, apóstatas de la militancia natural, cipayos de los pícaros y poderosos, ratas exitosas en los naufragios globales, parásitos del bien común, nativos convertidos en malezas, los que se valen de sus altos conocimientos, disfrazados de escrúpulos y palabras ampulosas, para deshilachar al planeta. Eran amigos de la causa; los perdimos por unos pesos. Escupo, llorando y furioso, sobre las peladas de nuestros enemigos.

Cyberacción. Salvemos juntos el Ayuí